Capitulo 2

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Y así pasó la semana y media, ya era el día de la mudanza, yo ya empaque mis cosas con unos 2 días de anticipación, no planeo que me regañe mi madre por eso un día antes a la mudanza. Nosotros nos iremos en nuestra camioneta conducida por mi padre, y todos los muebles se irán en un camión aparte. Partimos como a las 9:00 am, ya que mi mama quería llegar temprano a Berlín para hacer las comprar de lo que nos llegara a faltar.
-¿Ya guardaron todo chicos?- pregunta mi padre animado.
Nosotros solo asentimos con la cabeza a modo de respuesta.
-¿Y ya fueron al baño? Porque no planeo hacer paradas a medio camino para que hagan sus necesidades- decia simpáticamente mi padre.
-Ya vámonos Charles, no quiero perder más tiempo aquí- decia mi madre un poco disgustada a mi padre.
-Lo que tú digas Carina- si, así es, mi madre es latina, así que Dylan y yo somos alemanes y mexicanos, aunque la ascendencia alemana de mi padre domino en ambos, nos sentimos felices de tener raíces Mexicanas en nuestra sangre.
Supongo que se han de preguntar ¿Cómo rayos una mexicana y un alemán se conocieron? Pues permítanme contestarles.
Mi madre a sus 18 años viajo a Berlín a estudiar un año ahí para aprender el idioma y la cultura, ahí conoció a mi padre, ambos por lo que me conto mi padre, se enamoraron con tan solo mirarse por primera vez, por lo que se casaron mi madre a los 21 y mi padre a los 22. Me contaron que antes mi madre era muy alegre y abierta, pero no me explicaron el porque es tan fría conmigo y todo lo relacionado con mi persona.
-Leila, ¿Traes un par extra de audífonos? – me pregunta Dylan al momento en que llevábamos 50 min. de viaje.
-Claro, Toma- le digo muy feliz entregándole el par extra de audífonos.
El viaje es muy callado, mi madre va haciendo un ensayo para no sé que en su laptop, por lo que no nos permite hablar, así que Dylan y yo nos encerramos en nuestro mundo con nuestros mp3, mi padre maneja silenciosamente. De vez en cuando mi padre nos preguntaba cosas y nosotros contestábamos con monosílabos.
Después de un rato caí en un profundo sueño.
Me encontraba sentada a la orilla de un rio, las lágrimas escurrían por mis ojos. Repentinamente llega un chico, seca mis mejillas y me dice
-No llores mas Leila, pronto todo será mucho mejor- decía muy pausado
-¿Cómo es que lo sabes?
-Tú solo confía en mí- decia esto para luego ir desapareciendo poco a poco.
Después de eso solo recuerdo negro y más negro, pura obscuridad.
Pude sentir como es que me zarandeaban suavemente.
-Leila, despierta, hemos llegado, apresúrate a buscar una habitación- me dice Dylan rápidamente.
Pesadamente abro los ojos, me quite los audífonos, Salgo del auto para ver nuestro nuevo hogar. Quedo maravillada al verlo, antes vivíamos en un departamento, ahora en una casa, muy grande debo agregar. Entre y ya están todos los muebles acomodados, solo faltaban nuestras cosas para las habitaciones, rápidamente Tomo una caja y voy corriendo en las escaleras para elegir el mejor cuarto, justamente la primer puerta que abro y quedo maravillada, es de un color naranja-rosado fosforescente, muy amplio, con una terraza muy grande, tiene un cuarto también grande como closet, y ni hablar del baño este tiene jacuzzi y una ducha también todo es muy fino, ya tiene una cama, esta es de 2 plazas, mucho más grande a la que solía tener en Hamburgo, tiene una colcha de cama negra lisa y con las almohadas en diferentes colores, entre ellos verde, morado, azul verdoso, blanco, también cuenta con un tocador muy fino de madera, ese era muy grande, con varios cajones para guardar todos mis accesorios para el cabello y de mas; esto es una maravilla.
Definitivamente, este cuarto será mío. Así que rápidamente bajo por todas mis cajas y las subo al cuarto, acomode todo y para las 5 pm ya tenía todo organizado en él, la ropa en su lugar, el baño con sus toallas y demás, decido bajar y conocer la casa, ya que solo he visto el recibidor, puedo notar que en la planta alta hay 5 habitaciones, Dylan escogió una que es idéntica a la mía, también con una terraza, solo que mas chica, y mis padres una que es el triple de la mía, definitivamente este lugar es una mansión. Cuando bajo veo que nuestros muebles ya fueron acomodados y que ya hay despensa en la cocina, salgo al jardín trasero y hay una piscina con sillas y sombrillas, un asador, pelotas y juegos para el agua, está definitivamente es una casa de ensueño.
-¡LEILA! Ven a cenar- me habla mi padre.
-Ok, ya voy.
En la cocina ya se estan todos sentados.
-Bueno… ¿Qué hay de cenar?
-Sopa de pollo, Bistec y vegetales al vapor- dice Dylan
-Mmm, bueno.
Despues de eso nos sirvió mi madre de comer a cada uno, la cena realmente está muy rica, no recordaba que mi madre cocinara tan rico.
-Oye Dylan, ¿Qué día es hoy?- digo susurrando.
-Mmm, sabado, ¿Por?- me dice también susurrando
-No, me refiero a 23 de agosto y asi.
-Ah, pues explicate Leila, hoy es 24 de Junio.
-Gracias.
-Ok.
-No se estén secreteando ustedes 2, es de muy mala educación- dice mi madre.
Wow, que rápido se pasa el tiempo ¿no?
Ya es de noche, y mi cuarto es un poco aburrido, mañana iré al centro comercial a comprar cosas para mis paredes y alomejor para el techo.
Bip.Bip.Bip.Bip.
M.ldito reloj despertador, olvide apagar la alarma. Si, las 6:30 am en vacaciones y yo despierta, que locura. Volveré a dormir un poco mas.
-No me dejes ir Leila, solo tu puedes salvarme de esto, ayúdame Toma mi mano y todo será diferente, no me dejes solo- me decía el chico de mi sueño anterior, ese que tuve en el camino a aquí.
-Pero, ¿Cómo te ayudo? ¿Qué quieres que haga?-decía yo afligida.
-Solo no me sueltes y nunca me dejes solo- decia para luego volver a desaparecer lentamente.
-Leila, Leila, despierta, iremos al centro comercial a comprar las cosas faltantes para la casa ¿Vienes?-Dice mi padre.
-Humm… 5 minutos más- digo adormilada
-Cariño, ay que ir al centro comercial ahora, vístete porfavor.
Me zarandea un poco y yo consigo abrir mis ojos, miro el reloj y son las 3:00 pm. Vaya que he dormido.
-He si papa.
Saco un pie de la cama y me dispongo a arreglarme, abro el inmenso armario y saco una falda negra hasta las rodillas suelta, una blusa gris con un estampado de flores y de calzado unas zapatillas grises, Tomo mi ropa y me dispongo a entrar al baño para Tomar una ducha y arreglarme.
Toc. Toc. Toc.
-Leila, date prisa el desayuno ya está listo y ya sabes como es mi madre- decia Dylan.
-Ya casi salgo, solo me falta el delineador negro y listo.
Una vez ya maquillada con mis ojos delineados de negro y un leve rosa en los labios salgo del cuarto dispuesta a desayunar. Para mi sorpresa mi mama preparo waffles, huevos revueltos, jugo de naranja y un poco de tocino frito.
-Wow mama, realmente te quedo rico- pensé en voz alta.
-Gracias- responde fríamente.
Una vez todos en la camioneta partimos al centro comercial en busca de lo que necesitemos para nuestros cuartos.
-Bueno, yo me iré con Leila a buscar lo necesario para nuestros cuartos y demás- le dice Dylan a nuestro padre
-Está bien, nos vemos aquí a las 5:00 pm.
Nosotros partimos en busca de tiendas con afiches, cuadros, cortinas, y otras cosas decorativas
-¡Dios santo Dylan! ¿Ya viste esa tienda? Está llena de ropa tan bonita, vamos, no perdemos nada con echar un vistazo- digo poniendo cara de perrito mojado para que vayamos.
-Pero Leila, tenemos que encontrar lo de nuestras habitaciones porque…
-Dylan, por favor- le interrumpo y continúo con mi carita de perrito mojado
-Está bien Leila.
Entramos y voy directamente hacia un estante con blusas muy bonitas, estas eran negras y tenían muchas palabras en dorado y plateado, luego voy cautivada por unos pantalones grises entubados. Esto sí que es el paraíso.
-Oye leila, ¿no te gustan estos zapatos?- me dice Dylan sosteniendo unas converse negras, desgastadas y con unos hoyos en ellas.
-¡SI! Las amo, ¡tienen que ser mías!
-Pues son de tu número, y las únicas.
Dios me dará algo como que no compre esas converse.
-Disculpen, ¿Necesitan ayuda buscando algo? – nos dice un muchacho, yo ni lo mire, aunque su voz se me hacia realmente familiar, esas converse acaparaban toda mi atención.
-No gracias, así estamos bien- digo feliz.
-De acuerdo, cualquier cosa pueden buscarme para que les ayude en lo que se les ofrezca.
Y se marcho, realmente no sé quien era así que no me doy por enterada de quien era esa persona con esa voz que me resultaba tan familiar.
-¡Dylan! Dame esas converse porfavor.
-Mmm… no lo se, puede ser, talves, quizás, alomejor.
-Porfavor, yo las pagare, traigo dinero suficiente para pagarlas.
-¿Y lo de tu habitación que? ¿Planeas dejarla así con las paredes solas?
-Pues no, pero tenemos la tarjeta de crédito de papá, puedo comprar esto con mi dinero y lo demás con la tarjeta, así el no se dará por enterado.
-¿Y como planeas pasar desapercibida una bolsa con unas converse?
-Fácil, las meto sueltas entre alguna bolsa y listo.
-Esta bien, pero si te descubre mama ami no me metas en esto.
Me las da y voy rápidamente a la caja a pagarlas, eran muy bonitas. Me atiende un joven un poco grande, vestía todo de negro con innumerables piercings y tatuajes en su cuerpo.
-Son $50.
Rápidamente le doy el Billete de 50 y Tome mis converse en una bolsa muy feliz, me tope con alguien pero no voltee a ver quien fue, y volvi escuchar esa voz que me resulta tan familiar diciéndome que lo sentía.
Después volvimos a Tomar nuestro camino hacia una tienda con cosas para nuestras habitaciones, encontré algunas cosas muy bonitas, entre ellas afiches de 30 Seconds To Mars, Sonata Artica, All Time Low, Guns n roses, Ac Dc, Aerosmith, etc.
Ya son las 5:00 pm y vamos caminando hacia el punto de encuentro. Mis padres aun no llegan así que nos sentamos en una banca cerca de ahí buscándolos con la mirada.
-Oye Leila, debo de ir al baño, ¿Podrías quedarte aquí y cuidar las bolsas y ver si encuentras a nuestros padres?
-Claro, no hay problema.
Y me quedo ahí sentada en la banca, derrpente siento la prescencia de alguien a mi lado. 


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